IGNASI
PUIG
DOCTOR EN CIENCIAS AMBIENTALES
Puig es especialista
en la gestión preventiva de residuos municipales y las políticas económicas
ambientales aplicadas a ámbitos como los residuos, el cambio climático o la
energía. La semana pasada ofreció una conferencia en Donostia sobre las nuevas
tenencias en materia de gestión de residuos, en la que mencionó la opción del
puerta a puerta y cómo en Catalunya no genera polémica partidista.
NAGORE
BELASTEGI|DONOSTIA
Cuando la DGT cambia
las normas de tráfico no hace un referéndum porque sabe que lo perdería.
Reciclar no es algo voluntario sino algo obligatorio
Todavía no recicla
demasiada gente. ¿Qué se puede hacer para concienciar a la ciudadanía?
Por un lado sabemos que una parte importante de la población es sensible a
la información y, por tanto, las estrategias pedagógicas respecto los
beneficios de la recogida selectiva son útiles. Por otro lado, sabemos que ese
mensaje no llega al 100% de las personas. Hay gente que responde solo porque
económicamente le conviene o porque no tiene otra opción. Por eso, es
importante que los sistemas de recogida selectiva favorezcan separar y
reciclar. Cuando tenemos sistemas donde lo más fácil y cómodo es no reciclar, la
mayoría de gente no lo hace.
En algunas localidades
de Euskal Herria se están realizando consultas sobre el tipo de recogida. ¿Cree
que eso debería dejarse a la libre elección de la ciudadanía? ¿O debería
obligarse a reciclar?
Para mí, el tema de residuos no es diferente a cualquier otro. Cuando la
DGT cambia las normas de tráfico no hace un referéndum porque sabe que lo
perdería. Creo que las ordenanzas deben ser categóricas. Reciclar no es algo
voluntario, sino algo obligatorio. También hay que habilitar los mecanismos
para que esto sea lo más cómodo, fácil y barato posible, que no siempre se
tiene suficientemente en cuenta. Pero el carácter obligatorio del reciclaje,
como tantas otras cosas que conlleva la vida en sociedad, pues sí,
definitivamente pienso que debería ser contemplado en esTe sentido.
¿Cuál es la situación
de recogida de residuos en Catalunya?
Es la comunidad autónoma que antes empezó con la recogida selectiva de
materia orgánica. A mediados del año 1993 se iniciaron las primeras experiencias
y a partir del año 1999 ya era obligatorio para los municipios de más de 5.000
habitantes. Hoy en día, más de 700 municipios catalanes hacen recogida
selectiva de la materia orgánica. De ellos, 125 hacen puerta a puerta y el
resto en quinto contenedor. La tendencia es que cada vez más apuestan por el
PaP porque da muchos mejores resultados ambientales, y desde unos años para acá
también en términos económicos porque tenemos un impuesto en Catalunya que está
subiendo cada año y que lo que hace es encarecer el vertido y la incineración
de residuos. A los municipios les conviene alcanzar niveles altos de recogida.
Y el sistema que hasta el momento se ha mostrado más eficiente es la recogida
PaP.
La recogida sí que es más cara, pero el tratamiento resulta más barato y
los ingresos son mayores, por lo que lo importante no es solo la recogida sino
el balance completo.
¿En Catalunya hay
polémica política al respecto?
Todos los partidos han participado en la elección del modelo de recogida
puerta a puerta y en el del quinto contenedor. Han sido debates de ámbito
local, así que no sé si han tenido polémica, pero no ha habido choques como los
de Gipuzkoa. A veces, en un municipio era un partido el que lo impulsaba y en
otro el que se oponía. No ha habido consignas de partido para toda la región,
como es lógico para un tema técnico como es este. Creo que han sido tres o
cuatro municipios los que adoptaron puerta a puerta y lo retiraron, pero desde
el año 2003 que se implantó la primera experiencia hasta hoy el número de
municipios con PaP ha aumentado hasta 125 y creciendo.
Como experto, ¿qué
puede decir de la incineración?
Yo no me siento experto. Es un tema técnico muy complicado y la tecnología
evoluciona. Las tecnologías de hoy son mejores que las de hace años. De lo que
sí me atrevo a hablar en torno a la incineradora es sobre la normativa. Esta
dice que la incineración o el vertido sin recuperación de energía es peor que
la valorización energética, pero la valorización energética es peor que la
prevención o el reciclaje. En sociedades como las nuestras, donde los niveles
de reciclaje están muy lejos de los niveles europeos, hablar de incineración es
invertir la normativa. Hay estrategias preferibles a nivel legal.
Por otro lado, lo que hace la incineración es destruir materias primas. Sí,
genera energía eléctrica, pero desde un punto de vista de balance energético es
mucho más desfavorable que el reciclaje, puesto que vamos a tener que fabricar
de nuevo a partir de materias primas vírgenes los materiales que de otra manera
podrían ser reciclados. El tema de la contaminación es relevante, pero me
parece mucho más importante el hecho de que la incineración está por debajo de
otras opciones que no se están priorizando y sobre todo que la incineradora no
permite recuperar materiales. No la veo compatible con la estrategia circular a
la que se supone que vamos avanzando.
¿Podría sobrevivir una
incineradora con la fracción resto?
El problema es que la fracción resto hoy en día está llena de materiales
reciclables. En el contenedor gris no hay solamente lo que debería ir ahí. Hay
cantidad de materia orgánica, cantidad de plásticos, cantidad de papel… que no
deberían estar ahí dentro, pero lamentablemente la ciudadanía no separa
adecuadamente y terminan en el contenedor gris.
En Lasarte-Oria PNV y
PSE votaron que los vecinos deberían obtener energía gratuita en caso de
instalar la incineradora en sus inmediaciones. ¿Conoce algún caso así?
Sé que en algún caso el calor generado en los hornos se utiliza para
calentar equipamientos públicos. De hecho, tiene más sentido utilizar el calor
y no transformarlo en electricidad, porque hay muchas pérdidas. Pero en
concreto la cuestión de las compensaciones es habitual para las instalaciones
no deseadas. Estoy pensando en casos de residuos como un vertedero, centrales
nucleares, prisiones… Lo que ilustra eso es que la incineración no es un
equipamiento deseado.
Hay quien está a favor
de la incineradora pero no la quiere en su pueblo...
Eso también es típico. Sí pero no en mi patio trasero; hay instalaciones
deseadas que nadie quiere cerca. En este caso, la incineradora, por las
polémicas que crea, nadie la quiere en su territorio.
Tres «R»: Reducir, Reutilizar, Reciclar. ¿Qué pueden hacer los ciudadanos
al respecto?
Los ciudadanos de a pie lo que pueden hacer es tomar conciencia y tratar de
consumir diferente: productos más locales, menos elaborados, sin envases
superfluos… Lo que pasa es que solo hace falta entrar en un supermercado para
darse cuenta de que nuestra capacidad de elección, la famosa autonomía del
consumidor, está bastante limitada, y por tanto lo que hay que hacer es exigir
que las administraciones públicas nos garanticen este derecho de consumir sin
residuos. Les obligaría a reformas muy importantes de la normativa.
Hoy en día hay países de nuestro entorno que se rigen por la misma
directiva europea y que tienen, por ejemplo, sistemas de devolución de envases
que garantizan que ya no sean residuos sino productos reutilizables. Las
administraciones son las que deben priorizar la primera de las «R», que en
teoría es la que está en la cúspide de la jerarquía de los residuos, pero en la
práctica es la que recibe menos presupuestos y menos prioridad.